Lozza Raúl
LOZZA RAÚL
Gran Mural Neuquén, Obra Nº 308 proyecto de mural 1948, 2004
Técnica: Poliedros de Madera sobre pared de material
Medidas:525 x 883
Disciplina: Mural
Raúl Lozza (Alberti, 1911 – Buenos Aires, 2008)
La trayectoria de Raúl Lozza es muy amplia, en sus inicios y desde principios del siglo pasado, se vinculó con diversos grupos artísticos e intelectuales del Materialismo Histórico de la ciudad de Buenos Aires. Ávido en la búsqueda de nuevas perspectivas en el campo artístico, tuvo a su vez una activa participación en la política nacional vinculado al Partido Comunista; al mismo tiempo publicó afanosamente numerosos textos y dibujos en diarios y revisas antifascistas.
De forma apasionada, participó de los debates en torno a la Abstracción, en su mayoría los publicados por la revista Arturo y en 1945 formó parte de la creación de la Asociación Arte Concreto-Invención (AACI) junto con Tomás Maldonado, Edgar Bayley, Alfredo Hlito y Enio Iommi, entre otros.
Estamos en condiciones de afirmar que la teoría que desarrolló se basaba en tres elementos claves, a saber: una estructura abierta (sistema proyectual regido por líneas de fuerza centrífugas en base al cual se definen las formas), seguida de una cualimetría de la forma plana (sistema de ajuste de la unidad sintética forma-color); por último, y creemos más relevante, la noción de campo colorido que involucra directamente el muro arquitectónico. Justamente, este “sistema”, se convertiría en el ordenador de su producción, rechazando al mismo tiempo, la idea de obra de arte como pieza única e irrepetible; de acuerdo con sus precisas formulaciones, la obra es susceptible de ser reproducida.
Se trató precisamente de una búsqueda hacia la integración de la práctica artística, con la vida cotidiana del hombre moderno. Al decir de Abraham Haber: “La pintura perceptista […] no es un arte de museo, lugar donde el hombre va, según un horario fijo, a buscar su ración de sentimientos estéticos, sino que es un arte de ambiente que debe acompañar al hombre en su centro cotidiano; en el hogar, en los edificios públicos y privados, en los medios de transporte, en las oficinas, en los talleres y calles, porque debe alcanzar al hombre en la manifestación de su realidad y no en el caño de escape que es una sala de museo”.